Claro que todos aspiramos a tener millones de seguidores, miles de clientes, un gran impacto y una cuenta corriente de 7 cifras. Pero no funciona así.

Sobre todo, no comienza así.

Ni todos los que empiezan lo consiguen.

Ni es preciso algo tan grande para que puedas vivir dignamente de tu negocio.

Si estás comenzando, o si llevas tiempo pero tu presencia en internet se reduce a una página web hecha por otro que apenas tiene visitas, y que casi nunca produce contactos, atento.

Piensa en un grupo pequeño, muy pequeño y concreto de personas que tienen un problema en común.

De lo contrario querrás gustar a muchas personas diferentes con situaciones diferentes, lo cuál es altamente improbable. Nunca comenzarás convirtiéndote en referencia para una gran grupo heterogéneo.

Identifica ese pequeño mercado de personas concretas que puedes servir con excelencia y comunícate con ellos haciéndoles saber que sus problemas tienen una solución nueva y mejor.

Esto no se hace mediante anuncios o publicidad, se hace mediante contenidos y consistencia.

Si centras tu mirada en una mínima audiencia doblas las posibilidades de encontrar lo que buscas.

Tu calidad, tu historia y tu impacto tiene muchas más probabilidades de tener éxito.

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