Cuando quieres que alguien valore comprar tu producto, SIEMPRE tienes que tener en cuenta que esta persona tiene un diálogo interno (consciente o no).
Tu le hablas de las maravillas de comprarte a tí… pero él está escuchando algunas preguntas…
¿Qué es lo que realmente quiere venderme?
¿Cuánto cuesta?
Cuándo tu enfoque está en conseguir ventas, no en ayudar a que la vida del cliente sea algo más amable, cómoda, sencilla, etc, es posible que logres algunas ventas, pero difícilmente lograrás nuevos buenos clientes.
Pero el diálogo interno no queda aquí.
Ya has hecho una oferta, que piensa en el beneficio que aportas al cliente.
Todavía quedan preguntas en su cabeza sin responder.
¿Por qué habría de creerte?
No te lo tomes como algo personal, no es que desconfíen particularmente de tí. Es que estamos saturados de mensajes publicitarios, y en muchas ocasiones de experiencias ingratas.
Tu credibilidad es la clave en este punto del diálogo.
Y no menos importante, todavía queda otra pregunta.
¿Cómo me beneficia tu oferta?
Y es importante que entiendas que no es lo mismo lo que tú quieres vender, que lo que el cliente está dispuesto a comprar.
Tu vendes tu producto o servicio, el cliente busca el beneficio que le reporta.
Si eres un abogado, tu vendes tu conocimiento y experiencia en un tema, el cliente busca que su caso concreto se resuelva a su favor, o que crea que tu puedes conseguirlo.
Si tienes una tienda de productos naturales tu vendes tus productos, el cliente compra sentirse sano y responsable con su cuerpo y con el planeta.
Si tienes una ferretería, puedes vender un taladro, el cliente desea el agujero que puede hacer con el taladro para colocar ese cuadro que tanto le gusta.
¿Se entiende mejor así?.
Otra manera de formular esta última pregunta sería, yo cliente, ¿por qué debería dedicar mi tiempo a escucharte a tí en concreto?.
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